El fin del capitalismo | Perfil

Durante los últimos tres años, no han sido pocos los intelectuales, académicos, e incluso políticos que llegaron ha confirmado que la pandemia del coronavirus puso en jaque al capitalismo. Durante los momentos iniciales de la pandemia, en los que la mayoría de la población explora el Zoom, aprende a cocinar con vivos de Instagram y desemppolvar juegos de mesael editor Pablo Amadeo ha realizado una selección de textos de grandes pensadores contemporáneos a la que titula: «sopa de wuhan”. En ella se destaca por ejemplo un texto del filósofo y fanático del cine esloveno SlavojZizek que define al coronavirus como «una gope al capitalismo al estilo Kill Bill”. La frase de Zizek que vale la pena ser reproducida es: (…) -nación (…). Slavoj Zizek. Publicado en Rusia hoy el 27 de febrero de 2020.

Non es la primera vez que esto sucede. La gran depresión del delgado siglo XIX, la gran depresión de 1930 o la crisis del patrón oro-dólar de 1970 fueron momentos en los que pareció que el capitalismo se derrumbó. Pero todos estos pequeños sismos no lograron derribar sino más bien generar algunas modificaciones en el sistema capitalista, que siempre se las rebuscó para sucio más fuerte. If in the 70s the inevitable pareció una derrota de los EE.UU. en la guerra fría, solo 20 años después de la plume de Francis Fukuyama nos anunciaba el fin de la historia con la victoria indisputable de lo que el pensador norteamericano definió como «ideología occidental» «: el sistema de libre mercado y la democracia liberal. Pero esta vez, al parecer, un virus lograría lo que corrientes ideológicas tan disímiles y poderosas como el marxismo y el fascismo no podrán en más de un siglo. Pero tal vez el razonamiento fue un tanto apresurado. O quizás el capitalismo se viene transformando hace muchos años, de manera mucho menos perceptible. Pero el que tiene ganas de usar un martillo ver clavos por todos lados. La muerte del capitalismo se ha anunciado tantas veces que, casi como en la fábula del pastor mentiroso.

Muchos locales cerraron por la pandemia.

En 1987, El artista ítalo-estadounidense Arturo Di Módica invirtió 300 mil dólares en la creación de una escultura de un toro de bronce de más de 3000 kilos, que se puede ver en Bowling Green Park, cerca de Wall Street en Nueva York. El imponente toro buscaba retratar la fuerza y ​​el vigor del capitalismoy su frente resistencia a las diferentes crisis que amenazaron con derribarlo: más precisamente en este caso de crisis bursátil de 1987.

Existen algunas frases que se vuelven algo así como patrimonios de la humanidad, como el toro de Di Módica. Estas frases, como los clasicos, lograron independizarse de quienes las escriben o las dicen, y adquirieron vida propia fuera de las reglas del patentamiento. El crítico literario Fredric Jameson y el filósofo esloveno SlavojZizek comparan la autoría de una de ellas: «Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. Rescatar la autoría de esta frase resulta de suma importancia, si tenemos en cuenta que ambos se identifican como marxistas. Y fue el propio Marx el que dijo que no buscaba solo interpretar la historia, sino transformarla.

capitalismo intangible

Hablando de ideas, el consultor, académico y especialista en negocios Peter Drucker predijo en 1957 que “el activo más valioso en una institución del siglo XXI será el conocimiento de sus empleados y su productividad”. Cuarenta y tres años antes de que comenzara el nuevo siglo, Drucker tenía claro que el valor en las sociedades del futuro no tendría que ver con los activos materiales y físicos, como lo era en el siglo XX, sino más bien con el conocimiento.

No es ninguna novedad que airbnb fue una de las empresas más disruptivas del mundo en el rubro turístico, y sin tener ni un solo hotel o avión en su poder. Un algoritmo similar tiene éxito con Uber, que es líder en el rubro del transporte sin tener ni un solo automóvil, o Amazon liderando la industria minorista casi sin tener depósitos. Los ejemplos podrian seguir Al infinito. Pero creo que con lo que tenemos hasta aquí, ya podemos marcar un punto bastante claro: el bit le ganará a los átomos. El mundo de las ideas y la virtualidad (gracias por tanto, Platón), se está llevando por delante al mundo físico.

Rainer Zitelmann: “No seas un libertario utópico que quiere capitalismo puro”

Hagamos el siguiente ejercicio. Imaginemos una tarde cualquiera de un día de semana en el barrio de Palermo, en Buenos Aires. Cafés, restaurants, bares, cervecerías llenos casi toda la semana. ¿Cuánto dar la suma de la facturación de todos los comercios minoristas? Supongamos que un número X. Ahora bien, Palermo no solamente es un barrio gastronómico, sino que esta zona de la Capital Argentina concentra más de 220 mil personas. ¿Qué valor alcanzará la suma de todos los consumos virtuales de esos habitantes en un día? No tenemos el dato, pero podemos afirmar que sea al menos 5 veces X.

El nuevo capitalismo cripto

Pero que el capitalismo no vaya a terminarse, no quiere decir que no se encuentre cuestionado. El enojo, la desconfianza y el alejamiento de la sociedad con sus directos se ha vuelto extensiva también a que las instituciones que sustentan el sistema capitalista moderno. Las criticas a instituciones como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal de Estados Unidos se mutiplican a diario.

de hecho, podemos decir que las cripto son a las instituciones financieras lo que las redes sociales a los medios tradicionales de comunicación. O al menos lo que eran en un principio las redes sociales: es decir, mecanismos para diversificar las fuentes de acceso a la información.

Por tanto, para escuchar el fenómeno del Bitcoin, es imprescindible hacerlo desde la filosofía y su trasfondo sociopolítico, más que alrededor de lo estrictamente económico o financiero. Esto es especialmente importante cuando, tras el boom de 2021, mucha gente está experimentando al tren del Bitcoin atraído por su alta rentabilidad, sin conocer del todo el contexto detrás.

Primera lección de esta historia: Bitcoin nunca se como una inversión, a pesar de que este quizás sea su mayor atractivo. Además : tampoco fue pensado como una formada de comprar y vender bienes, sino que más bien formada parte de una línea ideológica y filosófica más que de finanzas. Y esto tiene que ver con una segunda lección importante que hace al surgimiento y el desarrollo de esta criptografía. Bitcoin ignora. Es de todos y de nadie al mismo tiempo. No existe una empresa llamada Bitcoin qu’lo administra, ni hay un Banco Central que los emita.

Es fundamental tener en cuenta que el capitalismo ha ido evolucionando a lo largo del tiempo y es posible que estemos presenciando una transformación progresiva. En cualquier caso, el tiempo dirá si el virus será el golpe final al capitalismo o si, como el toro de la escultura de Di Módica, el sistema seguirá mostrando su resistencia y fuerza.

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